viernes, 4 de junio de 2010

Anselm Kiefer



Anselm Kiefer

Por: Yadira Noble González.

mao_enhady7@hotmail.com

Escuela de Artes, UABC.

Historia del Arte IV

 

El presente ensayo tiene como motivo exponer sobre las características y temática de la obra de Anselm Kiefer quien es considerado como uno de los principales artistas contemporáneos perteneciente al movimiento neoexpresionista.

Anselm Kiefer nació en 1945  en Donaueschingen, Alemania. Desde pequeño interactuó con las ruinas causadas por la guerra, con las cuales el mismo describe haber jugado y haberse lamentado por que éstas desaparecieran. A lo largo de su vida presenciaría el esfuerzo manifestado por una cultura naciente por superar la vergüenza alemana debido a su pasado nazi y destrozada por los horrores del holocausto y la guerra.

En 1951 se trasladó a Ottersdorf y entró a la escuela de gramática. En 1965 ingresó a la escuela de derecho y lenguas romances, aunque después habría de abandonarla para estudiar pintura en 1966. Antes de haber terminado su carrera asistiría a clases de Joseph Beuys en Dusseldorf en 1972, quien influyó en su pensamiento.

Kiefer se consideraría uno de los artistas que retornaría la pintura a Alemania a través del neoexpresionismo alemán. Este movimiento surgiría como protesta a las diversas corrientes de su tiempo, en cual se propone el regreso a la pintura y la obra recupera su valor después de haber sido desplazada casi en su totalidad por el conceptualismo en la década del 60. .

A principios de los década del 90 emprende un viaje por varios lugares del mundo y desde 1993 vive en Banjac, Francia, cerca de Avignon, donde sigue produciendo sus obras.

Su obra se caracteriza por su técnica conocida como arte matérico[1], en el cual incorpora varios elementos poco usuales, pero con un simbolismo en especial. Materiales como plomo, alambre, paja, yeso, barro, ceniza, polvo y plantas reales unidas por el asamblaje y el collage, utilizando muchas capas gruesas de pigmento que da como resultado una especie de bajo relieve. Toma como referencias fotografías capturadas en los campos de concentración años posteriores al holocausto. Hace uso del color exaltado, expresivo en fuerte pincelada, y sumado al gran formato en que se desarrollan sus obras da como resultado un efecto sublime, monumental, e incluso depresivo. Se menciona que había logrado sintetizar el conceptualismo con el estilo del expresionismo. En sus obras plasma frases, y a su vez, notamos los títulos con un fuerte simbolismo. En resumen, su obra se considera a partir de cuatro principios formales: la aparición de lo escrito, grandes formatos monumentales, cuidadas perspectivas y atención al detalle táctil.

Las influencias de Kiefer son la literatura, la mitología alemana, de filósofos como Nietzsche, Heidegger, Celan, la música de Wagner y de la poesía en general. Sobre la poesía mencionaría que es la única realidad de vida, con sus metáforas y expresiones y así es como se perciben sus obras. En ellas se ven ese deseo de que el espectador pueda “leer”, entender ese mensaje, en los cuales son reconocibles los iconos de diferentes religiones, las cuales junto con el nazismo, la mitología, la historia y la manera en que funciona la mente, son sus temas predominantes representándolos en aspectos relacionados con la alquimia (por ello el uso del plomo, como sustancia que se convertiría en el cáliz), la imagen de Hitler, de los campos de concentración y la cábala, entre otros.

Denominado como artista filósofo, Anselm Kiefer trata un tema en especial, la retrospección en la historia. En ella menciona que se debe mirarse y analizarse para prever nuestro futuro.

En 1990 le conceden el Premio del Lobo, y en la declaración explicativa lee: “Kiefer trabajó con la convicción que el arte podría curar una nación traumatizada y un mundo disgustado, dividido. Él creó pinturas épicas en las lonas gigantes que llamaron la historia de la cultura alemana con la ayuda de pinturas de figuras tales como Richard Wagner o Goethe, así continuando la tradición histórica de la pintura como medio de tratar el mundo. Solamente algunos artistas contemporáneos tienen un sentido tan pronunciado del deber del arte de contratar el pasado y las cuestiones éticas del presente, y están en la posición para expresar la posibilidad de la absolución de la culpabilidad con esfuerzo humano.” [2]

Sujeto a la critica, se han cuestionado si las imágenes que ofrece son irónicas o si realmente hay una difusión de ideas fascistas. Tal como sucede con sus obras con relación nazi. También se le reprende por tocar temas como la religión, pues se dice no las comprende del todo, pues: “¿Cómo un artista que pretende hablar de un vínculo con Dios, ser un aporte a la paz cuando en su obra sólo hay ruinas y la omnipotencia del derrumbamiento?”[3]. Pretende justificar que las ruinas en sí no son algo negativo, son el nuevo comienzo. En 2008 Kiefer sería galardonado con el Premio de la Paz de la Asociación de Editores y Escritores, el primer pintor que gana un premio de esta índole.

La contribución más grande, aparte del regreso a la técnica como propuesta, está en el momento en el que se compromete con su nación. El hecho de ser necesaria la recuperación de la identidad nacional a partir de lo vivido, de lo visto y reconocer la necesidad de reestructurarse culturalmente. Varios movimientos anteriores habían buscado exaltar la nacionalidad con la expresión de grandeza, Kiefer trata de recuperar la grandeza a través de las ruinas, por que ¿hay mejor manera de lograrlo si no es primero reconocer la situación en la que nos encontramos?

¿Por qué Anselm Kiefer?

Como estudiante de arte debo admitir que en un principio la técnica es la que llama la atención, la que arrebata antes de concebirme cualquier explicación a su significado, y así debería ser. No podemos perder esa cualidad expresiva en sólo el transporte de ideas, si no a las cualidades emotivas, ese impacto que genera impresiones y que se guardan en nosotros. Es la manera directa en que un espectador se conecta con la obra, si realmente queremos dar a entender, comunicar algo. Y si el arte se ha considerado elitista, no dudo que por decisión de los mismos llamados artistas en los movimientos anteriores se haya excluido totalmente del resto de la sociedad.

Considero que Anselm Kiefer logra así  un equilibrio entre la relación artista-concepto- obra- espectador, en la cual el exceso de una puede alterar aquel proceso de comunicación. Su obra impacta pero de cierta manera en la que no expone morbo o mediocridad para llamar la atención. El artista debe cuidar la manera en que se presenta con su mensaje. Recordemos que contestar de la misma forma en que acontecen hechos en el mundo como la violencia y el escándalo no hace sino fomentar el famoso círculo vicioso. Y resulta una disyuntiva, por que al parecer es como estamos condicionados para responder y por lo tanto encontramos más atención del público, el desahogo total de nuestro conflicto hacia aquellos obstáculos de una mejor vida, pero idealmente, un artista debe ver más allá, tener ingenio y proponer. Esa sería la diferencia entre una reacción bruta y una investigación que nos lleva a la propuesta.

 


[1] http://www.epdlp.com/pintor.php?id=2681

[2] http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Anselm_Kiefer/1

[3] http://www.elfinanciero.com.mx/ElFinanciero/Portal/cfpages/contentmgr.cfm?docId=150546&docTipo=1&orderby=docid&sortby=ASC

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